lunes, abril 27

Historia 17


.
.
.
.
.
.

Esta es historia de padres, de hijos y de preguntas, inspirado en un post de Candorosa.

Muchas veces me ha tocado responder las preguntas curiosas de mis hijos. No es algo fácil, pero una se va acostumbrando a responder con la verdad, sin tabúes y poniendo cara de "acá está todo bien, no se me mueve ni un pelo, ni me pongo colorada".
Generalmente nos toca a las madres el evacuar las dudas de los hijos. Quizás porque estamos mas tiempo con ellos, quizás porque nos tienen mas confianza, o vaya a saber una por qué.

Una vez había una reunión en casa. Muchos matrimonios jóvenes con hijos pequeños y yo, con mis hijos un poco mas crecidos.
En un silencio que se hizo sin querer, se escucha la vocecita de mi hijo mayor quien, así de la nada, me pregunta, , "Mami, ¿qué era un espermatozoide?"
Tiiiin...! Todos los rostros giraron hacia mi, para ver que contestaba. Entonces le volví a explicar, porque el ya lo sabía de antes pero se ve que se olvidó.
_Ah, me dijo mientras su cara tomaba tintes rojizos extremos, yo pensé que era una especie de asteroide!
Bueno, suena parecido...

Hace poco, el padre de mis hijos se quedó cuidándolos, y cuando volví me enteré de algo que me causó mucha, pero mucha gracia.
Estaban todos sentaditos cenando y una de mis hijas adolescentes le preguntó, sin sospechar siquiera la respuesta pues de otra manera ni se le hubiera ocurrido abrir la boca, que era el PUNTO G...
Ahhhh, ¡cómo me hubiera gustado ser mosca para estar en ese momento presente!

En fin... si todavía no te metieron en un brete, ya lo harán!

Y para matizar, Les Luthiers y La gallinita dijo EUREKA!

lunes, abril 20

Historia 16




De autor anónimo....



La siguiente pregunta fue hecha en un examen trimestral de química en la

Universidad Complutense de Madrid. La respuesta de uno de los estudiantes
fue tan 'profunda' que el profesor quiso compartirla con sus colegas, vía
Internet; razón por la cual podemos todos disfrutar de ella.




Pregunta: ¿Es el Infierno exotérmico (desprende calor) o endotérmico (lo absorbe)?

La mayoría de estudiantes escribieron sus comentarios sobre la Ley de Boyle (el gas se enfría cuando se expande y se calienta cuando se comprime).

Un estudiante, sin embargo, escribió lo siguiente:

'En primer lugar, necesitamos saber en qué medida la masa total del Infierno varía con el tiempo. Para ello hemos de saber a qué ritmo entran las almas en el Infierno y a qué ritmo salen.

Tengo sin embargo entendido que, una vez dentro del Infierno, las almas ya no salen de él. Por lo tanto, no se producen salidas.

En cuanto a cuántas almas entran, veamos lo que dicen las diferentes religiones: la mayoría de ellas declaran que si no perteneces a ellas, irás al Infierno. Dado que hay más de una religión que así se expresa y dado que la gente no pertenece a más de una, podemos concluir que todas las almas van al Infierno.

Con las tasas de nacimientos y muertes existentes, podemos deducir que el número de almas en el Infierno crece de forma exponencial.

Veamos ahora cómo varía el volumen del Infierno: según la Ley de Boyle, para que la temperatura y la presión del Infierno se mantengan estables, el volumen debe expandirse en proporción a la entrada de almas. Hay dos posibilidades:

1. Si el Infierno se expande a una velocidad menor que la de entrada de almas, la temperatura y la presión en el Infierno se incrementarán hasta que éste se desintegre.

2. Si el Infierno se expande a una velocidad mayor que la de la entrada de almas, la temperatura y la presión disminuirán hasta que el Infierno se congele.

¿Qué posibilidad es la verdadera?

Si aceptamos lo que me dijo Ana en mi primer año de carrera ('hará frío en el Infierno antes de que me acueste contigo'), y teniendo en cuenta que me acosté con ella ayer noche, la posibilidad número 2 es la verdadera y por tanto daremos como cierto que el Infierno es exotérmico y que ya está congelado.

El corolario de esta teoría es que, dado que el Infierno ya está congelado, ya no acepta más almas y está, por tanto, extinguido; dejando al Cielo como única prueba de la existencia de un ser divino, lo que explica por qué, anoche, Ana no paraba de gritar '¡Oh, Dios mío! '.

Dicho estudiante fue el único que sacó sobresaliente.