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Ella puso en su maleta las cosas indispensables. Un poco de ropa suya, de su hija y de su marido.
Le dio la mano a su hijita, y siguió a su hombre.
El dijo que debían partir, y así lo hicieron.
Subieron a una carreta vieja, con otras familias, con más maletas.
Atrás dejaba a sus amigos, algunos vivos y otros muertos.
Atrás dejaba a su madre en la cárcel y a su padre muerto en la calle.
Dejaba su casa, su calle, su pueblo, sus montañas, sus piedras y su mar.
Dejaba sangre, balas, aviones, sirenas, miedos, horrores, gritos, imágenes imborrables!
Dejaba su Patria.
Las lágrimas de Ella, mojaban los rulos de la pequeña, que la miraba con sus ojitos celestes asustados.
No quiso dar vuelta la cabeza. ¡No quiso mirar atrás!
¡Sentía que se le partía el corazón!
Abrazó a su niña con fuerza, y la acunó en sus brazos...
Fue un viaje largo y triste.
Ella no dormía de noche, tenía mucho miedo.
Miedo de que los descubran. Miedo de que "ellos" aparezcan con ese odio que tenían en la mirada.
¡Ella no se separó de su hijita ni un momento!
Por fin un día, que parecía que no iba a llegar nunca, cruzaron la frontera, y fueron acogidos en un campo de refugiados.
Las condiciones no eran las mejores, pero estaban a salvo de tanto horror.
¡O al menos eso creían!
Ella, junto con otros hombres y mujeres, armaron un coro. La música los ayudaba olvidar tanto dolor y tanta pérdida.
Un día, su pequeña hija de ojos celestes enfermó.
Comenzó con cólicos, y luego diarrea.
El médico le dijo que, para que se cure, la niña no debía beber líquidos pues si así lo hacía, iba a empeorar..
No era culpa de el, en esa época la medicina aconsejaba eso.
Ella cuidaba a su hijita. Era lo único que le quedaba. Era lo que mas amaba en el mundo.
Le cantaba canciones...
La acariciaba...
La abrazaba...
La besaba...
Rezaban juntas...
Una noche de verano, las dos se durmieron a la luz de la luna.
La niña no despertó mas...
Sesenta años pasaron.
Ella todavía escucha en sueños la voz de su hija....
Sólo le pido a Dios
que el dolor no me sea indiferente...
que lo injusto no me sea indiferente...
que la guerra no me sea indiferente...
que el engaño no me sea indiferente...
que el futuro no me sea indiferente...
- León Gieco -
que el dolor no me sea indiferente...
que lo injusto no me sea indiferente...
que la guerra no me sea indiferente...
que el engaño no me sea indiferente...
que el futuro no me sea indiferente...
- León Gieco -
Perdón a los que ya lo leyeron antes en algún otro blog...