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Diva Grabovčeva nació en el seno de una familia católica, a fines del siglo XVI, o principios del XVII en Rama, al norte de Hercegovina, cuando ésta estaba gobernada por los turcos.
Tal como dictaba la costumbre de la época, fue puesta en una canasta en la puerta de su hogar para que el primer noble que pasara por alli fuera su padrino. Ese hombre fue Arslanaga, un musulmán muy poderoso en la zona.
Los años pasaron y Diva fue convirtiéndose en una de las mujeres mas hermosas del poblado. Su belleza llegó a oídos de Tahir Kopcic, quien gobernaba por aquel entonces un poblado vecino a Rama.
Dice la leyenda que el gobernador otomano fue personalmente a pedir su mano, pero fue rechazado por Diva, ya que ella era católica y el musulmán.
Sus padres, entendiendo las razones de la muchacha, y comprendiendo las probables consecuencias de ese rechazo, la mandaron a la colina, bajo la protección de Arslanga, su padrino.
Tahir la buscó, y un día en el que ella se encontraba en la colina junto a las ovejas, la encontró y le clavó una espada en el pecho. Si ella no lo desposaba a él, no iba a desposar a nadie!
Arslanga, quien le había tomado mucho cariño a su ahijada, vengó su muerte, matando al gobernador musulmán.
Los católicos de Herzegovina honran a Diva como a una mártir. Ella es símbolo de inocencia, de sacrificio supremo en pos de la identidad y la religión, con todo lo que esto significa para una tierra teñida por la sangre de las guerras.
Dicen que su sangre fue derramada en una roca de la cual brota un pequeño manantial y sobre la cual, aún hoy, crecen flores silvestres.
Y una vez al año, en el mes de septiembre, hay una procesión a este lugar, a la cual concurren miles de feligreses.
Artistas plásticos, poetas y cantantes la recuerdan en sus obras.
Yo pensaba en esta leyenda, y en como estas historias son contadas de generación en generación.
¡Que duro debe de haber sido para Diva tomar la decisión que tomó!
¡Qué comprensivos sus padres, y cuánto amor le debían de haber tenido!
Y ¡qué valiente Arslanga, que sin que le importara el hecho de que el gobernador fuera musulmán como el, igual la defendió! No debe de haber sido sencillo para el.
Pero nada se sabe, ni se cuenta de su destino....