...... Este hombre resultó ser, de aspecto, digamos que pintoresco. Bastante mayor de los 50 que acusaba, pasó a buscarla en un BMW, vestido con unos jeans y una camisola hindú. A pesar de su apariencia, que resulta anecdótica pero que la sorprendió, la cena fue muy entretenida. Conversaron largamente. Se rieron, se contaron parte de su historia pasada, sin poner, claro, toda la carne junta al asador.
Pero de esto, ella se daría cuenta después.
Decidieron verse nuevamente al fin de semana siguiente. La del día D, fue una cena agradable que presagiaba nuevos encuentros.
Al lunes siguiente el la invitó a un concierto. Un concierto de música hindú. Ella, fanática de Serrat y Sabina, decidió que resultaría interesante ver algo distinto.
Fueron al concierto, a cenar y luego al departamento de él.
Entre charlas el le contó que no es psicólogo, sino psiquiatra. Especializado en sexología, no aplicaba métodos ortodoxos, sino que usaba técnicas hindúes y medicación homeopática. Supo tener una clínica para mujeres con problemas de fertilidad. Usaban una técnica de relajación y de dramatización del momento de la concepción y del parto, que, según el, daba muy buenos resultados. Era un personaje extraño y, a pesar de la diferencia notoria de edad entre ambos, a ella le resultaba fascinante.
Esa noche el le dijo que cuando la vio por primera vez, sintió que era la mujer de su vida, que se había enamorado en el momento en que la vio, le regaló una preciosa pulsera de oro, que tenia unos pequeños dijes hindúes colgando y la besó.
Comenzó a besarla esa noche y terminó de hacerlo a la mañana siguiente.
Victoria no lo podía creer. Nunca había practicado sexo tántrico y esa noche había conocido el placer máximo! Una y otra vez el supo elevarla hasta un punto extremo de placer. Un punto que ella no sabía que existía!
Siguieron encontrándose los fines de semana y disfrutándose mutuamente.
De a poco el fue contándole mas cosas de su vida. Por ejemplo, le dijo que era chamán, que tenía poderes de curación. Había logrado sacar a su padre de un estado de coma irreversible, según los médicos. Había curado a varios drogadictos. El BMW que tenía, se lo regaló la madre de uno de ellos, en agradecimiento.
Le confesó también, que alguna vez supo usar sus poderes para destinos no tan santos...
Cuando se separó de su primera mujer, ella no dejaba de molestarlo y lo amenazaba con un juicio controvertido, largo y difícil. El decidió sacársela de encima haciéndole un embrujo, solo para que no lo molestara mas. A la semana ella tuvo un accidente automovilístico, por el cual fue hospitalizada en grave estado, y a los pocos días falleció.....
Este tipo de anécdotas a Victoria la asustaban. No le gustaba esa veta oscura de él. Y si bien, varias veces pensó en dejarlo, siempre reconocía que no podía. Llegado el momento el la envolvía con sus palabras y sus caricias, y ella olvidaba sus miedos.
Empezó a perder la concentración en su trabajo. Todo el tiempo pensaba en él. Estaba como obsesionada, y esta situación la angustiaba mucho. El le regaló un perfume hindú. Le dijo que estaba hecho con hierbas naturales y tenía poderes relajantes. Ella lo puso en su cartera y lo llevaba a todos lados. Cada vez que se angustiaba por algo en el trabajo, lo destapaba y lo olía.
Sus amigas estaban preocupadas. Ella no tenía otro tema de conversación que no fuera él. Había adelgazado mucho, había dejado de tomar una medicación para las tiroides que debía tomar de por vida, se la veía deprimida, angustiada, cansada. No se sentía bien ni física, ni espiritualmente, a menos que estuviera con el.
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Tenés que dejar a este tipo, le decían.
Pero ella no podía!
Un día, el último día, ella le confesó todos sus miedos y todo lo que le pasaba. No aguantaba mas, se sentía ahogada. Sentía que se había convertido en una adicta a él.
El la miró con ternura y le dijo:
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"Estoy enamorado de vos, mi vida sin vos no tiene sentido. Sos la mujer de mi vida y no quiero perderte. Pero justamente porque te quiero tanto, te voy a contar toda la verdad.
Solo dos veces te mentí desde que estamos juntos. La primera vez con la edad. No tengo 50 años, sino 65.
Cuando te conocí, vi como te movías, te escuché hablar, vi tu alma y me enamoré perdidamente de vos. Tu alma es pura y yo sabía que, cuando me conocieras a fondo, no ibas a querer estar conmigo.
Por eso te hice un hechizo. Escribí en un pergamino un embrujo para que te enamores y no puedas vivir sin mi."
Fue a buscar el pergamino y se lo mostró. Estaba hecho de papel especial, no como los que se venden en las papeleras escolares, y tenía escritas unas palabras en letras mayúsculas. Las palabras estaban entrelazadas y de alguna manera, formaban el nombre de ella.
Rompió el pergamino delante de ella y dijo:
_Yo te amo profundamente, pero no puedo tenerte obligada. A partir de este momento sos libre de amarme, o dejarme. La decisión está en tus manos.
Fin
La imagen es un sol chamám.